Tecleando cuentos...

domingo, 28 de marzo de 2010

Las 4 y 15

Como poder describirte esta agitación que me invade, o la temperatura de la piel de mis manos...como decirte, en pocas palabras, como siento esta agridulce sensación...
Camino por mis conocidas calles y te descubro detrás de cada flor, donde te escondes coqueta, tras los aromas que me acerca el viento, y allá, en el cielo, donde me parece que las estrellas titilantes dan contorno a tu figura de mujer.
Por qué esta ansiedad que me domina, y me hace sentir que estoy detrás de ti, acariciándote, para reducir tus penas, y aumentar los deseos, esos, que se han despertado llenando de fantasías los sueños.
Sientes mis besos resbalando por tu cuello?, giras, y ellos buscan el refugio de tus pechos, que endurecen y se elevan, respondiendo al impulso placentero de sentirte tan amada, tan mujer, y tan deseada por estos locos deseos.
Y después al estar vivas, niña-mujer, esas células de fuego, te dejas conducir en los brazos del amor, hasta el borde de tu lecho, y en suspiros consentir, ante tal requerimiento, ese que me guió a ti, hasta tu cuarto y tu tiempo.
Recorrer la geometría, esas curvas, desde el pelo, que se ha revuelto coqueto, y bajar por los contornos laterales de tu cuerpo, mientras tu cierras los ojos, para sentirte deseada, mas aun que lo supuesto.
¿Dejas hacer?, solo consiente el silencio, y algún que otro suspiro, aprobando un rumbo cierto, y ese camino recorro, poco a poco, beso a beso, y no opones resistencia, cuando acomodo la almohada elevándote hacia mi, para llenar tus entrañas y robar virginidades, no de muchacha ni sueño, sino esta, verdadera, que guardabas a tu dueño.
Y así, mejilla a mejilla, me quedo dentro de ti, quieto, y acariciando tus palmas, gozo así, de tu universo, saciando mi sed de ti, hasta quedar satisfecho.
Ya lo ves amor, así en mis horas te llevo, y de regreso a mi cama, siento en mi el sabor y aroma de tu piel, martillando en mis sentidos, y te pregunto mil veces, si es que alguna vez, mujer, te amaron como el que te ama...no, no respondas...yo te creo.

Ya es las 4y15 de la noche que por primera vez te soñé mía.
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martes, 23 de marzo de 2010

Duerme

Sabes amor, cierra los ojos y duerme...
tomaré de la mano tu sueño y te llevaré de paseo,
no por esos lugares que acostumbramos a ir
hoy será a un lugar muy bello,
viajaremos tu y yo, adentro de ti, juntos, ven...
Flotemos entre nubes,
que ya en marcha se van sumando deseos.
Ya veo que te has quedado quieta
y mis manos silenciosas ponen en alerta tu cuerpo,
descendiendo poco a poco, recorriéndolo despacio,
para quitar toda tu piel del encierro,
soltando algunos botones, liberándote los senos,
que se hamacan al fin libres, para recibir mis besos
que van trepando muy lentos hasta llegar a tu cuello,
para sumergirse luego en la humedad de tu boca,
para saciarse...Sediento.

Mientras exploro el contorno de esos dos labios de fuego,
que saben a miel y brasa, donde me mojo y me quemo,
luego fingiendo llenarte y penetrar ese hueco,
como será penetrado mas adelante tu cuerpo.
Sientes amor ya mis manos temblorosas
bajan el ultimo baluarte, el que escondía el deseo,
y mientras mis ojos van recorriendo desde la raíz del pelo
hasta clavar la mirada donde se enciende mi fuego.

No suspires, aun no...
me gusta tanto mirar la desnudez de tu cuerpo,
como a ti que yo te admire, no suspires, aun no,
resérvalos para mis besos que ya suben por tu piel
que ya bajan por tu cuerpo hasta llegar al lugar,
a ese destino cierto, ay amor, te he descubierto,
y te mueves y me acunas, te acaricio y te siento
como entre suspiros dices si es tu humedad la que quiero,
si amor, ¿acaso no ves mis labios sedientos?
Quiero beber de tu fuente, ¡es mía!
porque yo la he descubierto,
dame amor...¡Ay amor como te siento!
Ya llegamos, el fin del viaje ya es nuestro,
tu mi colchón yo tu abrigo con mis manos en tu cuerpo,
ya puedes desmayar amor...¿sientes?
Tu y yo, un solo cuerpo.
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Perdona amor

Perdona flor,
si mi torpe mano lastimó tu espina,
y con destello de relámpago
de rojo sangre vestí tu tallo.


Perdona amor,
ya mis palabras doblaran la esquina,
porque hacen daño si las digo,
pero mas daño hacen si las callo.

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